domingo, 18 de octubre de 2020

Entrada sin número: El hombre que no puede comer pizza

Yo era muy fan de la pizza, desde muy pequeño era mi comida de fiesta, aún recuerdo que de niño solo me comía el queso y los champiñones, tengo memorias de mi tío llegando con Mister Pizza a la casa, la pizza era motivo de celebración, al obtener mayores libertades al ingresar a la preparatoria, la pizza empieza a normalizarse, era más accesible y con mis ingresos por la venta de audífonos podía comer una rebanada los viernes, era la comida de reunión con mis amigos, algo sencillo y práctico, no me importaba su procedencia hasta que llegó esa pizza.

Guo Guos es un local céntrico con pizza accesible y una bonita decoración, una pizza con base delgada y más de tres ingredientes disponible, calientita, recién salida del horno, sin embargo, la comida italiana pasó a segundo término, la pizza era punto de encuentro, pedir pizza para dos era más emocionante, era un reto terminar con ella, reto que cumpliamos continuamente, contaba los días para que fuera el fin de semana y poder ir por ella, hasta que un día mi cuerpo ya no podía con más pizza, más de dos rebanadas comenzaba a ser un suplicio, era algo complicado decir ya no puedo comer pizza, intentamos con otros locales, otros orígenes, hasta que ya no se pudo más, mi cuerpo no daba para más, mi vida se quedaba sin pizza.

Las pizzas individuales no son lo mismo, son pequeñas, generalmente de un ingrediente y suelen tener problemas de cocción, he probado con más lugares sin ningún éxito obtenido, la primera mordida me sabe a gloria, a la segunda el dolor es tan fuerte que me llega a las piernas, han pasado cerca de dos años y solo me refugio en la pasta, a veces voy y veo las placas antiguas colgadas recordando los días en que podía comerme una de base crunchy, disipo el pensamiento mientras enredo más mi espagueti en la mesita donde acomodo mi mochila y mi saco, ya no puedo comer pizza

Extraño comer pizza.

jueves, 24 de septiembre de 2020

Entrada 20: Crónicas de una carrera universitaria Parte 1

Esta puede ser una historia de redención, redención es una palabra que ha estado mucho en mi cabeza últimamente si quisiera hablar del último año, de agosto a agosto ha sido, quizás, una de las épocas más importantes de mi vida, creo que no es una redención como tal, al menos no ante los demás, creo que ya en estas fechas, nadie espera de mi, ha sido un ciclo en descenso de las expectativas que personas ajenas a mi (y durante mucho tiempo me incluyo en ellas) tienen sobre lo que pueda llegar a ser o hacer,  de ser un niño brillante que querían adelantarle años de primaria a ser (en palabras de la propia Directora) un sobrevalorado que siempre pensamos que iba a llegar a más y no pudo de la secundaria,  prepa fue mi época de experimentar y encontrar lo que quería en la vida, le estoy muy agradecido porque pude hacer todo lo que se me iba ocurriendo, que si Béisbol me dieron chance de probarme en Beis, que si teatro, que si concursos académicos, profe encontré un concurso de Debate en el Tec, me firma estos papeles? Si Moi cuenta con eso, Moisés te quieres meter a Odyssey? Pues no sé qué es pero si, tu dale nosotros te ayudamos, Profe quiero hacer un monólogo como Adal Ramones, si Moi, lo podemos tomar como tu proyecto de Apreciación a las Artes, creo que en 2 años a nada me dijeron que no, inclusive a ideas babosas como aventar huevos en bolsas ziploc llena de Cheetos desde el techo, las cascadas de Pepsi, la Discada en el examen de Física, no entrar a Progresivo por estar en Odyssey, las siestas en el Odyroom, la ocasión que llevé el taco de billar y el director fue a jugar con nosotros, el profe de Inglés jugando Babas con nosotros, la canción de las leyes de Newton con los Tigres del Norte, transvestirme parcialmente en el concurso de calaveras, creo que todas estas cosas fueron parte principal de porque me sentí tan frustrado con mi vida universitaria...

Creo que en este punto (Y porque me lo dijeron hace poco) mis maestros y algunos amigos tenían la certeza que la iba a romper en la universidad... y fallé.

La universidad me enseñó, mejor dicho, no me enseñó, me hizo ver que no soy tan especial como creía serlo, o mejor dicho, la carrera que elegí no me hizo ser especial, cuando me registré no tenía mucha idea de porque lo estaba haciendo, una parte de mi quería ser como Ramón, quería ser independiente y emprendedor y pensé que la carrera en Administración de Empresas me iba a llevar a ello, BEEP! Si estás leyendo esto y aún no entras a la universidad, si quieres emprender ESPECIALIZATE EN ALGO! Se el mejor ingeniero, programador, artista, comunicador, diseñador, arquitecto que puedas ser, lo que gustes, se tu mejor versión de ello y luego aprende a venderte como tal, créeme que es mucho más ¿Fácil? así, la vida de emprendedor es complicada pero es mejor cuando dominas algo, Administración es muy vaga y (según yo) es algo que puedes aprender en diplomados y no en una carrera universitaria, si tienes esa espina, primero busca que vas a ofrecer antes de preguntarte cómo lo vas a ofertar

Volvamos a ser especial, o mi imagen de ser especial, Ahora en retrospectiva que ya acabé, te puedes dar cuenta de todas las culpas que tienes de porque no lo eres, ya puedes contar que tú te cerraste a una idea equivocada y eso no te hizo relacionarte de mejor manera, porque lo hice, hubo un punto donde yo me cerré en mi, en lo que creía de cómo deben de ser las cosas y las formas de aprendizaje, creía que podría hacer la misma cantidad de preguntas, que podría cuestionar ideas, plantear dudas y los docentes iban a responder y oh sorpresa NO! Esto no es progresivo muchacho, entre menos preguntarás, más gente te hablaría y no serías el vato que no se calla, el morro castroso preguntón, me tardé mucho en entenderlo y cuando lo hice era demasiado tarde, creo que en esta época aprendí a apreciar a las personas que a pesar de ello me hablaban, son pocas pero bien especiales, se me haría muy injustos no nombrarlos a todos pero se me haría mas injusto no escribir el nombre de Jaime, el estuvo siempre y fue el único en la carrera que me preguntaba ¿A qué grupo te vas a meter? Para meterme contigo a pesar de que él tenía sus amigos y tener equipo fijo donde no te rifarán en cada materia, gracias hermano, aún no tengo palabras para agradecerte (espero que mis picks intempestivos sirvan) 

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Creo que pude manejar toda clase de frustraciones hasta que en casa las personas comenzaron enfermar, primero fue el accidente de mi abuela y luego mi mamá, ya no tenía donde esconderme porque lo que era mi refugio ya no me quiso escuchar más, me iba peor, ya no tenía a donde más ir, ya no sabía dónde meterme, ya no quería ir a la escuela, tenía mi cabeza toda nublada, no tenía ningún ánimo de levantarme de la cama, de hacer un esfuerzo extra, empezaba a solo ocupar un banco y aplicar la ley del mínimo esfuerzo, lo chistoso es que a pesar de ello, seguía pasando materias, siendo honestos y sin sonar altanero, tampoco es que la carrera fuera muuuy exigente, podía vivir de chispazos, de apurarme una semana y listo 74, pasaste,  suena divertido pero créanme, era bastante frustrante, una parte de mi quería autocastigarse dejando materias para ver si así aprendía, pero no, solo fue una vez que no reclamé unos puntos que ahí tenía, lo pasé en segundas con 85, otro chispazo, ya no tenía donde esconderme asi que me fui a meter a una de las etapas más extrañas de mi vida, Teleperformance

Si fue un golpe al ego relacionado a ser emprendedor, ser un agente de call center, la paga no era tan mala y era un horario que podía ir a clases (cuando iba) el trabajo en si, era bastante sencillo, tenía buenos compañeros, el ambiente laboral era cool, no tenía mucho de que quejarme, de pronto, en poco tiempo empecé a salir en los comerciales y resultó que era un buen agente, ahí fue cuando don Aníbal y Roger me dieron un consejo que no se me olvidará, ya salté, te vas a acostumbrar aquí y más adelante en tu carrera no te vas a querer salir, ya salte, por tu bien, ya salte

Y salí, y con el tiempo ya no había nadie, volví a estar solo...